La transición del verano a los fríos y húmedos días de otoño puede ser dura para la salud y el estado del cabello. Tras los calurosos días de verano en los que el cabello se expone a factores como los rayos solares, el cloro de las piscinas o el agua de mar el pelo puede encontrarse debilitado y dañado.
Es importante que, al igual que para el cuidado de la piel, tomemos las medidas y precauciones necesarias para proteger, reforzar y prevenir la caída del cabello. Además, una vez pasado el verano es imprescindible prestar especial atención a la reparación del cabello para devolverle su salud y prepararlo para los nuevos factores del invierno.
Para ello, debemos tener en cuenta los siguientes consejos:
Cuidados suaves y delicados
La limpieza adecuada del cabello es el primer paso para favorecer su bienestar. Sin embargo, una limpieza excesiva puede dañar seriamente el cabello, especialmente aquellos que son secos o están dañados.
Esto se debe a que los fuertes agentes detergentes de los champús eliminan los aceites y proteínas naturales del propio cabello y lo dejan desprotegido.
Es recomendable lavar el cabello siempre que sea necesario en lugar de hacerlo todos los días. Además, se deben evitar los champús que contiene ingredientes como los parabenos o los sulfatos como el Sodium Lauril Sulfate o Sodium Laureth Sulfate.
En la actualidad dentro de la cosmética natural hay una gran variedad de champús en el mercado que se elaboran con ingredientes naturales y ecológicos que son respetuosos con la salud capilar. Algunos de estos champús también cuentan con sulfatos como el de coco, uno de los sulfatos menos agresivos para el cuero cabelludo que proporciona limpieza y respeta el cabello.
Evita el calor
El uso del secador del pelo, planchas o rizadores favorece la sequedad del cabello y puede causar su rotura y la aparición de las puntas abiertas.
Hay que darle un respiro al cabello y evitar el calor en la medida de lo posible. Podemos secar el exceso de humedad del cabello con una toalla y dejarlo secar al aire libre.
En caso de que sea imprescindible utilizar aparatos de calor como el secador o la plancha se recomienda utilizar aceites o protectores capilares destinados a protegerlos del calor.
Cepilla el cabello de forma adecuada
El primer paso para el cepillado adecuado es evitar cepillar el cabello cuando aún está mojado o húmedo. El cabello es más frágil cuando está mojado ya que el agua debilita la barrera protectora del pelo y lo hace más sensible y vulnerable a las agresiones externas.
Al cepillar el cabello en este estado es más fácil que tienda a romperse.
Para obtener mayores beneficios del cepillado podemos optar por peines y cepillos de madera. Los peines elaborados con madera proporcionan un masaje del cuero cabelludo que ayuda a estimular la circulación. Esto puede ayudar a reforzar la raíz del cabello y estimular su crecimiento saludable.
Además, los cepillos y peines de madera también ayudan a distribuir el aceite del cuero cabelludo de forma adecuada y a absorber el exceso de sebo.
Corta el cabello
Cortar las puntas de forma regular promueve el crecimiento saludable y evita la aparición de las puntas abiertas.
En el caso de los cabellos finos cortar el cabello regularmente también puede proporcionar más volumen.
Utiliza accesorios y peinados adecuados
Algunos peinados y accesorios de cabello también pueden influir en su bienestar. Llevar coletas o peinados que estiran constantemente el cabello y lo sujetan fuertemente con gomas pueden debilitar las raíces.
Utiliza peinados sueltos y holgados que permiten respirar al cabello y mantenerlo flexible. En caso de utilizar accesorios de pelo también son preferibles las gomas, bandas y diademas elásticas que no fuerzan las raíces del cabello.
Además de seguir estos consejos es vital llevar un estilo de vida saludable en el que se combinan el ejercicio físico, el descanso adecuado y una dieta variada y equilibrada que proporciona los nutrientes necesarios al cabello.