Todo deportista sabe que las lesiones son una inevitabilidad a largo plazo. Estirar a menudo o incluso hacer deporte muy ligero sin apenas esfuerzo puede paliar los riesgos; pero con el paso del tiempo las lesiones acaban llegando igualmente, pues son cosa de azar y los peligros están tanto en el entorno como en nosotros mismos.
Si sabemos que tarde o temprano una lesión se cruzará en nuestro camino, nos convendría saber qué hacer cuando ésta finalmente tiene lugar.
Ya sea en una articulación, en un tendón, un músculo o cualquier otra parte activa de nuestro cuerpo durante el ejercicio, puede parecernos complicado arreglar una lesión interna sin recurrir a cirugía. Por suerte la realidad es otra, y contamos con la maravilla médica que es la fisioterapia.
La fisioterapia es una práctica que se dedica a aliviar o promover la sanación de una zona afectada en nuestro cuerpo, generalmente mediante movimientos.
A día de hoy, la fisioterapia se ha ramificado y algunas de las prácticas que el término engloba están más basadas en filtraciones y ecografías que en el movimiento del cuerpo en sí, pero por lo general se intercalan.
En este artículo hablaremos sobre cuándo deberíamos buscar la ayuda de un fisioterapeuta, del mejor tipo de fisioterapia para cada caso y en qué zonas se especializa.
Cuando hacer fisioterapia
La fisioterapia no tiene un límite de edad, siendo beneficiosa para niños y ancianos además de adultos.
Por lo general, deberíamos buscar ayuda fisioterapéutica en el caso de que tengamos dolores musculares crónicos, dificultad para respirar, que hayamos sufrido una lesión deportiva o que hayamos pasado recientemente por una operación quirúrgica.
Es importante que no dejemos esta clase de problemas físicos a un lado, pues en el caso de que su estado empeore, podrían llegar a causarnos serias penalidades y dolores, además de pérdidas irreversibles en nuestra capacidad física.
Una vez nos hayamos decidido a pasar por un tratamiento fisioterapéutico, nos conviene buscar una clínica de fisioterapia en Guadalajara y visitar su consulta para que los profesionales colegiados nos ayuden a elaborar un diagnóstico de nuestro cuerpo. En las clínicas de Fisiofine recibiremos un trato rápido y efectivo, sin importar cual sea nuestra condición o patología. Esto se debe a su plantilla de experimentados fisioterapeutas que han trabajado con toda clase de personas, incluyendo deportistas de élite.
Para ello utilizarán la tecnología más innovadora, basada en ecografías de nuestros tejidos blandos entre otras herramientas de alta complejidad y utilidad.
Una vez hayamos recibido nuestro diagnóstico, será el momento de decidir por qué tipo de fisioterapia tenemos que pasar para que nuestro problema se solucione.
Clases de fisioterapia
Hay muchos tipos diferentes de tratamientos fisioterapéuticos, cada uno adaptado a una necesidad de sanación diferente. En Fisiofine cuentan con profesionales dedicados y especializados en todas estas clases diferentes de fisioterapia.
La propia fisioterapia básica se divide en fisioterapia normal y deportiva, pues las necesidades son muy diferentes en ambas situaciones.
- La fisioterapia normal está basada en una serie de masajes y en la manipulación de nuestros tejidos suaves, con el objetivo de mejorar nuestra circulación sanguínea, ayudar a que el drenaje de ciertos líquidos retenidos tome lugar de forma más eficiente, ayudar a que nos podamos mover con mayor facilidad y, por último pero no menos importante, ayudar a aliviar el dolor y a relajar las tensiones musculares.
Este tratamiento además es completamente accesible para cualquier rango de edad.
- La fisioterapia deportiva está mucho más localizada y personalizada, pues la mayoría de deportes someten a sus practicantes a entrenamientos muy intensos y exigentes que pueden llegar a provocar lesiones o desgaste de aquellas zonas a las que más uso se les dá.
Es por esto que un fisioterapeuta experimentado no va a tratar a un futbolista y un tenista con los mismos métodos, pues sus deportes desgastan articulaciones y músculos completamente diferentes.
En lugar de esto, lo más probable es que les mande hacer ejercicios diferentes, para estimular aquellas partes de su cuerpo que más lo van a necesitar en sus respectivos deportes.
Otras herramientas fisioterapéuticas
Además de los masajes relajantes de tejidos blandos y otra serie de ejercicios físicos, los profesionales de las clínicas Fisiofine disponen de una amplia gama de herramientas dedicadas a el facilitamiento de su labor o incluso a la eliminación de problemas subyacentes que no se podrían solucionar solo mediante ejercicios.
Una de las terapias más conocidas en este campo sería la electroterapia o terapia de energía, que utiliza pequeñas descargas eléctricas para estimular las terminaciones nerviosas de nuestros músculos y hacer que estos se contraigan, aliviando el dolor y promoviendo la curación.
Si buscamos el procedimiento más extendido estaríamos hablando de la TENS, basada en la señalización de dolor a tu cerebro con el objetivo de que libere endorfinas, que son hormonas naturales que alivian el dolor.
Otra clase de electroterapia es la EPI, que es algo más invasiva y gira entorno a introducir una aguja bajo la piel y guiarla con una ecografía hasta la zona que ha de ser tratada, para acto seguido cargar la aguja con una corriente galvánica.
Este proceso produce inflamación en la zona lesionada, y dicha inflamación produce una consiguiente fagocitosis que consume el tejido muerto o debilitado y lo recupera.
Este proceso es ideal para esguinces o roturas musculares, por ejemplo.
Una de las muchas ventajas de este sencillo proceso es que la mejoría en la zona lesionada se nota de forma casi instantánea, provocando un gran alivio a aquellas personas que se someten a él.
También disponen de máquinas de ultrasonido, cuyas vibraciones de alta frecuencia subcutáneas pueden ayudar a reparar el conocido como tejido profundo, estimulando la circulación de la sangre y la actividad de las células.
Por último, un interesante procedimiento que está algo más enfocado a aquellas personas que se encuentran en la franja de la tercera edad, aunque no de forma exclusiva.
Hablamos de la iontoforesis con ácido acético, cuyo objetivo es deshacer las calcificaciones que pueden llegar a afectar a la movilidad de la articulación o provocar lesiones internas.
Las calcificaciones son acumulaciones de calcio que, por lo general, se descubren de forma casual. Las zonas que se ven afectadas más a menudo son el codo, el hombro, la cadera y la zona del tendón supraespinoso.
El ácido acético se incurre en la zona calcificada mediante corrientes, disolviendo la calcificación sin dolor y con muy buenos resultados.