Son diferentes los motivos que pueden llevarnos a tener que adquirir una caldera de gas. Muchas veces esto lo vamos retrasando por desconocimiento sobre el tema, puesto que no todo el mundo es consciente de lo que hay que tener presente a la hora de comprar una de estas calderas. Por ello, os vamos a explicar los aspectos más importantes para comprar una caldera de gas para el hogar.
Pero antes, ¿cuándo es aconsejable comprar una caldera de gas?
Las razones que nos pueden llevar a adquirir una caldera de gas son muchas, desde una primera adquisición para una vivienda nueva, hasta la sustitución de la caldera que ya tenemos. Por ejemplo, entre los motivos para renovarla, se encuentran:
- Fallos constantes, como pérdidas de presión o fugas de agua. En ocasiones estos problemas están provocados por el deterioro de alguna de las piezas principales de la caldera.
- Una caldera antigua, de más de 10 años, irá perdiendo eficiencia debido al paso de tiempo. Por ello, si esto comienza a notarse o nos lo confirma el servicio técnico, es una buena idea plantearnos la sustitución.
Es evidente que dar el paso para comprar una caldera de gas nueva es difícil, pues supone una inversión económica que hay que tener en cuenta y, además, las dudas sobre cuál puede ser la mejor para el hogar no ayudan. Por ese motivo os explicamos lo principal a considerar a la hora de escoger una caldera de gas.
Consideraciones para comprar una caldera de gas
El número existente de calderas de gas en el mercado es bastante considerable. Navegar entre sus características y precios es todo un mundo, pero lo mejor es que esto hace más posible encontrar la adecuada para cada tipo de vivienda y de bolsillo.
Entre los factores a estudiar para optar por una de ellas, se encuentran los que siguen.
El número de metros cuadrados de la vivienda y el número de plantas
No es lo mismo una instalación para un pequeño apartamento que para una casa unifamiliar.
Número de cuartos de baño
Es muy importante tener en cuenta cuántos baños y aseos hay en la vivienda en la que se instale la caldera, además de si en ellos hay duchas o bañeras. Eso va a influir en la cantidad, mayor o menor, de agua caliente a necesitar.
Ubicación geográfica de la vivienda
Este es un aspecto que muchos pasan por alto a la hora de comprar una caldera de gas. La temperatura exterior influye en el funcionamiento de la caldera, ya que esta no va a tener el mismo rendimiento en un lugar frío que en uno que sea más cálido.
Aislamiento de la vivienda
Relacionado con el punto anterior también está el propio aislamiento de la vivienda, puesto que si además de estar ubicada en una zona fría, no está bien aislada, el rendimiento de la caldera será aún superior.
Conexión a la red de gas natural
El tipo de combustible con el que va a funcionar es también motivo de consideración. Hay áreas a las que no llega el gas natural y se tiene que instalar un depósito de gasoil.
El espacio físico
Al contrario que las calderas de gasoil que son de pie y ocupan mucho espacio, las calderas de gas son murales y van sujetas a la pared. Aun así hay que tener en cuenta que estas también ocupan un espacio en la vivienda que se debe considerar.
Eficiencia energética
Observar la etiqueta que acompaña a los electrodomésticos se ha convertido en un requisito casi básico a la hora de adquirir uno nuevo. Gracias a ello se puede evaluar el nivel de gasto en potencia que realizaremos. Por ello, no se recomienda adquirir productos que estén por debajo de la “A” en su calificación.
Además de estas consideraciones, es importante tener presentes qué tipos de calderas de gas existen. Como todo en la vida, cuanta mayor información se tenga, más fácil pueden resultar las decisiones. Eso sí, lo más importante es que, una vez elegida, se opte por instaladores de calderas profesionales que garanticen un trabajo óptimo, de calidad y seguro.
Tipos de calderas de gas
A la hora de distinguir entre calderas de gas, se suele hacer la siguiente diferenciación.
Por un lado estarían las calderas de gas atmosféricas, habituales cuando se comenzaron a instalar calderas en las viviendas. Su funcionamiento se basaba en el uso del aire de la estancia donde se ubicaban para la combustión. Sin embargo, por el gran peligro que suponían en lo que a intoxicaciones se refiere, están prohibidas desde el 1 de enero de 2010.
Por otro lado están las calderas estancas, las que sí están permitidas, ya que expulsan un bajo nivel de sustancias contaminantes. Su combustión se produce en una cámara estanca, de ahí su nombre. Desde septiembre del año 2015 se cambiaron los requisitos que debían tener estas calderas, prohibiéndose las convencionales y las no eficientes. Dentro de las calderas estancas se encuentran las de Bajo NOx y las de condensación, que son las más eficientes.
Redacción: Laura Morales