Bora Bora es una impresionante isla volcánica perteneciente a la polinesia francesa, ubicada a solo una hora de vuelo desde Tahití. Lo más impresionante de la isla, es su paleta de colores, que mezcla verdes, azules para crear un paisaje lleno de contrastes.
Aguas cristalinas y arenas blancas crean playas paradisíacas, que junto a las laderas y los valles tropicales, convierten a Bora Bora en un auténtico paraíso.
Una isla de origen volcánico
Los dos picos que se observan al centro de la isla, son los responsables de la creación de la misma. Se trata de los volcanes ya inactivos que hace 4 millones de años expulsaron el magma suficiente para modelar esta isla y los milenios completaron el trabajo, desarrollando un ecosistema hermoso.
En la actualidad, parte de su territorio se encuentra cubierto por un lago cristalino, de hecho, considerado como uno de los lagos más hermosos del mundo. La vista aérea es insuperable, dando la sensación de estar mirando una de esas postales de paraísos con aguas turquesas que suelen encontrarse en los folletos de las agencias de viajes.
Como dato curioso, la isla se llama realmente Pora Pora, pero una confusión en cuanto a la pronunciación por parte de los primero viajeros españoles que llegaron a la isla, terminó haciendo que se conozca como Bora Bora desde entonces.
Un destino de lujo
Por el coste de la estancia en este lugar, podemos considerarlo como un destino de lujo, ya que es un destino ajeno al turismo de masas. Para muchos, se trata de un viaje que solo pueden permitirse una ve en la vida, de ahí que se haya convertido en un lugar ideal para celebrar lunas de miel.
Son abundantes los bungalows al mejor estilo polinesio, así como los hoteles de lujo junto al mar, que aprovechan el entorno, integrándose completamente con el paisaje para ofrecer una experiencia impresionante.
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¿Qué ver y qué hacer en Bora Bora?
Es una isla de 30 km2 de territorio, dominada por el monte Otemanu, de 727 metros de altura. Se encuentra rodeada de “Motus”, que son islotes pequeños y alargados que suelen tener vegetación y desde algunos podemos observar islas cercanas como Maupiti y Raiatea.
La laguna cristalina y turquesa puede ser recorrida en canoa o en barcos con fondo de cristal. Además, dadas las características de las aguas y la existencia de arrecifes de coral, son muy populares los deportes acuáticos como el snorkel y el buceo a baja profundidad.
Puedes escoger pasar el tiempo descansando en las hermosas playas, de arena blanca y aguas tibias, pero también tienes acceso a otras actividades, como el parque marino Lagoonarium, en el cual puedes nadar con diferentes animales marinos dentro de un islote privado. Visitar el pueblo de Vaitape y probar la deliciosa tradición gastronómica de Bora Bora en alguno de sus exclusivos restaurantes, sin dudas, algo que necesitas hacer. No te vayas sin probar cócteles como el Maitai o el Banana Coralia.
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