Las piscinas son una parte inherente al verano, sobre todo en lugares sin acceso al mar o a algún tipo de costa. Con las temperaturas aumentando gradualmente cada año, las visitas a la piscina aumentan en frecuencia y en caudal, pues cada vez más personas tienen piscinas en sus hogares o visitan una piscina comunal.
Pero este aumento de visitantes también trae consigo varias preocupaciones, pues al fin y al cabo una piscina no deja de ser un circuito cerrado y no queremos que el agua se contamine o se estanque.
Sin embargo, hay muchos dueños de piscinas que no conocen bien el funcionamiento del que se podría catalogar como el órgano más importante de todo el sistema, la depuradora.
Una depuradora ha de mantenerse limpia y revisada si pretendemos que nuestra piscina cumpla una serie de necesidades higiénicas, pero además influyen la calidad de la susodicha depuradora, el tipo de agua, la cantidad de cloro e incluso la propia presión de la bomba de agua.
En este artículo profundizaremos en los diferentes métodos de mantenimiento de una depuradora, además de varios consejos para su mejor cuidado.
La depuradora
Cuando buscamos entre las mejores depuradoras para piscina, es importante tener en cuenta varios factores.
Conviene abrir explicando que existen dos tipos principales de depuradora, pero que solo uno es el ideal cuando se trata de piscinas grandes.
El filtrado por medio de cartucho está basado en unos cilindros con varias láminas de tejido filtrante. El agua pasa por dicho cilindro, y basta con sacarlo y aplicarle agua a presión para limpiarlo, aunque se debería cambiar de cartucho cada dos semanas.
Este sistema, sin embargo, queda eclipsado por el filtro de arena en lo que a grandes piscinas se refiere, pues tiene una capacidad muy limitada de filtración si los comparamos.
Por si fuera poco, el filtro de arena solo requiere de una nueva carga cada tres años aproximadamente, aunque ambos han de ser mantenidos y cuidados.
Si nos decantamos por un filtro de arena, hemos de recordar varios detalles.
Cuando sea el momento de hacer la carga inicial de arena, no podemos dejar que se forme una montaña de esta en el filtro. En su lugar, debemos aplanar la arena para que esté bien distribuida y lleve bien a cabo su labor.
También nos tenemos que asegurar de que no quede arena en los bordes de la tapa del filtro.
Por último, en el caso de que queramos asegurarnos de que la presión de la bomba es la correcta para que la depuradora funcione, podemos adquirir un caudalímetro de montaje sobre un tubo horizontal, diseñado para señalar la presión del agua al pasar por las tuberías colindantes con el filtro.
La bomba de agua
Para elegir una bomba de agua que encaje con nuestra piscina se suele utilizar como ejemplo que el proceso de filtrado más típico tiende a durar aproximadamente seis horas, así que el objetivo es que todo el agua de nuestra piscina pase a través de la bomba en ese periodo de tiempo.
Aquí entran variables como podrían ser el tamaño de la piscina o la compatibilidad con el caudal de bombeo admitido por la depuradora.
La arena
La mayoría de depuradoras funcionan con filtros de arena de sílex.
La arena de sílex sirve para que las impurezas y demás suciedad queden atrapadas en ella al pasar el agua a presión a través de esta.
Como es lógico, la presión de la bomba ha de ir en consonancia con la capacidad de caudal de la depuradora, dado que si la presión es excesiva el agua no podrá pasar adecuadamente a través de la arena, pero si es muy poca la suciedad no será depurada y pueden aparecer otra serie de problemas derivados.
A las bolsas de arena de filtro se las llama cargas filtrantes y la marca más conocida que las produce se llama AstralPool.