Cada vez son más quienes comienzan a retomar esta forma de entrenamiento que, si bien fue muy popular durante los años 90, posteriormente sufrió un cierto declive en favor de otros sistemas. A continuación, analizamos las claves del regreso de la bicicleta estática.
Todos queremos gozar de un mayor estado de salud, así como de la mejor imagen de nosotros mismos, imagen que solo puede proporcionar el deporte acompañado de una buena nutrición. Los gimnasios se han ido llenando conforme a las nuevas tendencias de vida saludable, y también se han ido conformando como nuevos centros de vida social, aquellos en los que convergen todo tipo de personas que aprovechan su tiempo antes o después de una intensa jornada de trabajo o estudio, para trabajar su cuerpo y despejar la mente.
Sin embargo, no todos pueden destinar de una parte de su jornada en el gimnasio. Ya sea por cuestiones de distancia, por disponibilidad horaria, por las condiciones meteorológicas o meramente por cuestiones de presupuesto, lo cierto es que una cantidad ingente de personas se ven abocadas a entrenar en casa. Y hacer de lo que en principio parece una desventaja una virtud es más sencillo de lo que parece gracias a los enormes beneficios que reporta el uso de la bicicleta estática.
No es lo mismo spinning que bicicleta estática
La primera imagen que nos llega a la mente cuando vemos ambos aparatos de entrenamiento es que ambos son bicicletas, pues ambos tienen una forma relativamente parecida y accesorios bastante similares. Nada más lejos de la realidad, pues lo cierto es que las máquinas de spinning tienen un surgimiento posterior a la bicicleta estática e intentan simular de alguna forma el ejercicio que efectúan los ciclistas profesionales. Ello queda de manifiesto si pensamos en la forma que se adopta al subir en ellas, mucho más inclinada, en la manera de colocar los brazos y, por supuesto, en su propio funcionamiento. Otro hecho diferencial lo encontramos en que, mientras que la rueda de la bicicleta estática comienza a detenerse en el momento en que dejamos de pedalear, en las bicicletas de spinning dicha rueda sigue girando, lo cual permite retomar prácticamente la misma velocidad que se había ido generando. Es lo que se conoce como “rueda de inercia”.
La bicicleta estática presenta una mayor sencillez. Sin embargo, puede ajustarse muy fácilmente a nuestra condición corporal mediante la colocación de la altura manillar y sillín. En este punto, es importante no perder de vista que una buena regulación del sillín es aquella en la que el ángulo de nuestra rodilla sea aproximadamente de unos 70 grados cuando esta se encuentre en contracción (arriba), y de 150 cuando tengamos la pierna estirada. Frente a lo señalado con anterioridad, las bicicletas estáticas no disponen de “rueda de inercia”, lo cual requerirá un mayor trabajo por nuestra parte en aquellos momentos en que dejemos de pedalear y queramos recuperar el ritmo.
Ventajas de este aparato de entrenamiento
Cuando pensamos en una bicicleta estática, es posible que imaginemos esos enormes y pesados aparatos que siempre hemos visto en casa y que hacían ruido al entrenar. Todo ello ha cambiado y las bicicletas estáticas han experimentado su propia revolución combinando nuevos materiales y nuevos accesorios para un entrenamiento más completo y seguro. También, gracias a ello, podremos optar por el modelo que mejor se adapte a nuestra complexión física y peso, pero también al nuestro espacio disponible, ya que no todo el mundo dispone de amplias salas para entrenar.
Y es que una vez hayamos elegido la bicicleta que mejor se adapte a nuestra circunstancias, podremos ver las enormes ventajas que reporta el entrenamiento a través de estas máquinas, y esencialmente: su idoneidad para perder calorías, fortalecer y tonificar los músculos, mejorar el tránsito intestinal y mejorar nuestro equilibrio emocional y nuestro sistema inmunológico.