El sexo es uno de los placeres más antiguos del ser humano. Por esta razón no es de extrañar que haya surgido una importante industria en torno a él. Uno de estos es el servicio de acompañantes. Sin embargo, también se puede nombrar en este renglón, la producción cinematográfica de pornografía y la prostitución.
Todos estos sectores de la economía no pueden seguirse viendo como tabú porque, anualmente, mueven millones de dólares y son los más provechosos que existen. Solo la pornografía mueve en todo el mundo más de 100 mil millones de dólares, según datos manejados por el Banco Mundial
Escorts: ¿Cómo mimarse en Marbella?
Visto los datos estadísticos anteriores no causa sorpresa que el negocio de Escorts Marbella sea uno de los más buscados por clientes que desean mimarse con acompañantes de lujo en esta ciudad española. Pero, ¿qué servicios brindan estas chicas?
A diferencia de la prostitución, el hecho de contratar a una acompañante no lleva el sexo implícito. Aunque este sea el final en muchos casos no es obligatorio y las tarifas pagadas están bien diferenciadas en cada caso.
Cuando se piensa en las prostitutas, a menudo se imagina a mujeres que se dedican a la actividad sexual para apoyar sus adicciones a las drogas o porque sus vidas están en peligro.
Sin embargo, esta noción ha cambiado mucho y hoy, tanto prostitutas como escorts son mujeres que pueden estar empoderadas y ofrecer sexo en Lima o compañía para una reunión social o de negocios. Prueba de esto es el portal para adultos Skokka, donde cada chica es autónoma y ofrece los servicios que le parecen convenientes y fijan sus tarifas.
Diferencias entre prostitutas y escorts
En esencia, esta práctica tiene una larga historia de relación directa o indirecta con la esclavitud, la pobreza y los miembros más débiles de la sociedad. Sin embargo, estas nociones y preconceptos sobre esta clase de trabajadoras del sexo se ven cuestionados por la figura de la escort.
El término “escort” evoca imágenes de mujeres extremadamente atractivas como las damas de compañia chiclayo, muchas de ellas con títulos superiores universitarios y manejadoras de relaciones sociales y temas de conversación que van desde la economía hasta la ciencia.
De esta manera como acompañantes se puede entablar una conversación estimulante o incluso, servir de guías en determinadas reuniones sociales o paseos por las grandes capitales del mundo.
Cuando se trata de vender el cuerpo, el objetivo no es ir más allá del acto sexual en sí. Pero las escorts ofrecen un servicio que contiene el potencial de tener una experiencia que se asemeja a tener una relación afectiva real.
La noción de ir más allá
Aunque pueden prestar servicios similares (pero no idénticos), escorts y prostitutas son términos que no suelen entenderse claramente. En general, las escorts prestan servicios que normalmente no prestaría una prostituta.
Las prostitutas suelen cobrar menos y están íntimamente relacionadas con la actividad sexual. En el caso de las escorts, pueden participar en la actividad sexual con los clientes, pero también pueden limitarse a acompañarlos en sus salidas o viajes de negocios.
Las escorts pueden realizar servicios de acompañantes solamente, lo que significa que pueden asistir a todo tipo de reuniones sociales como fiestas, almuerzos de negocio y todo aquel evento en el que sean requeridas por sus clientes. Esta puede ser la mayor distinción entre ellas y las prostitutas.
En otras palabras, trabajan durante noches enteras, días e incluso fines de semana, en lugar de limitarse a una o dos horas.
En raras ocasiones, pueden pasar muchos días viajando con sus clientes, posiblemente manteniendo actividad sexual.
Dicho de otro modo, una escort es una acompañante pagada y no siempre mantiene actividad sexual con sus clientes. Esta no es obligatoria y cada chica fija una posición al respecto.
El coste de una escort suele ser más elevado, lo que demuestra claramente la carga psicológica y el estigma asociado a la noción de escort. Además, el perfil de los clientes también es distinto, pues se trata de hombres educados, ejecutivos a quienes les gusta disfrutar los placeres de la vida sin ataduras sentimentales.