La capital de Marruecos es una ciudad que consigue fusionar las tradiciones culturales de las ciudades imperiales, con la modernidad de los barrios más exclusivos. Como el resto de las ciudades marroquíes, Rabat respeta las murallas de los barrios antiguos y crea una simbiosis con las nuevas construcciones que se desarrollaron a un lado.
La fusión de la Antigua Medina con los barrios nuevos y los jardines históricos, hizo a la ciudad, merecedora de la clasificación como patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 2012.
Rabat y sus vínculos andalusíes con España
El nombre de la ciudad se desprende del idioma árabe andalusí, y significa fortaleza o puesto de vigilancia. Si algo sorprende mucho a los viajeros españoles, son los vínculos históricos tan estrechos que tiene la ciudad de Rabat con España.
Los moriscos que fueron expulsados de España el año 1609, mantienen su acervo culturas y tradiciones intactas, así como los apellidos españoles, todo lo cual traza un puente que aproxima a ambas culturas que en la actualidad se encuentran separadas por expresar diferentes formas de fe.
Esta ciudad se levanta sobre la desembocadura del río Bou Regreg a la orilla del atlántico, puntos que le dan sus mayores atractivos e importancia histórica, convirtiéndole en una pequeña pero poderosa urbe que ofrece grandes sorpresas a quien le visita.
Un día de paseo por Rabat
Existen algunas actividades imperdibles que todo turista necesita completar durante su visita a la ciudad. Un solo día no será suficiente para recorrer y disfrutar todos los rincones, pero hay lugares imperdibles si cuentas con poco tiempo para tu visita.
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Madersa y el Cementerio musulmán
¿Quieres disfrutar de las mejores vistas de la ciudad? Tienes que tomar el desayuno en Salé, uno de los más grandes barrios dormitorio de la ciudad y de allí recorrer la pequeña Madersa, que en otros siglos representó un sitio clave para la cultura. Ahí puedes disfrutar del cementerio, que ocupa una gran extensión de tierra entre las murallas.
Paseo en barca
Si te diriges al embarcadero y pactas con algún barquero, puedes dirigirte a la desembocadura y caminar a la Torre de Corsarios, donde disfrutarás de maravillosas vistas y hacerse una idea de lo que era la ciudad en tiempos de los corsarios.
Comida típica en la medina
Puedes caminar a la medina de Rabat, construida por los Almohades y cuyos kilómetros de murallas aún se encuentran en excelente estado de conservación, siendo un destino tranquilo para los visitantes, sin el caos causado por los adolescentes ofreciendo diferentes servicios turísticos, tan común en las calles de la ciudad. Acá tendrás la oportunidad de disfrutar auténtica comida marroquí y observar diferentes comercios de cuero, tela, alfombras, joyas y encontrar los mejores ebanistas en un ambiente muy tranquilo. Muchos otros puntos puedes incluir en tu lista, como la Torre Hassan, el Mausoleo de Mohammed V, La Kasbah de los Udayas o disfrutar de los últimos rayos del sol en la Necrópolis de Chellah.