Si se experimentan ciertos síntomas y se padecen dolencias, es mejor no sacar conclusiones precipitadas a partir de la información recogida a través de Internet.
Los médicos han dicho que muchas veces en las redes, el dolor de cabeza intenso se asocia con un tumor; el ritmo cardíaco acelerado y el dolor en el pecho se asocian con problemas cardíacos graves, mientras que se teme que los pacientes sufran de diversos tipos de cáncer. El “síndrome de Google” es la tendencia de los pacientes a realizar investigaciones energéticas en Internet con el fin de auto diagnosticar los problemas médicos que puedan estar padeciendo.
Varios médicos confirman como el Síndrome de Google está llevando a la gente a auto diagnosticarse, creando una creciente ansiedad entre los pacientes y afectando también a la confianza entre médicos y pacientes.
En general, lo más frecuente es que la gente se conecte a Internet para buscar información sobre una enfermedad o problema médico específico (63 por ciento) o un tratamiento o procedimiento médico en particular (47 por ciento). También se interesaron en la dieta, la nutrición y las vitaminas (44 por ciento) y en la información sobre ejercicios o acondicionamiento físico (36 por ciento).
Otros temas de salud populares incluyen: medicamentos con o sin receta (34 por ciento); tratamientos alternativos (28 por ciento); seguro de salud (25 por ciento); depresión, ansiedad o estrés (21 por ciento) y un médico u hospital en particular (21 por ciento).
Aunque Google ciertamente tiene una gran cantidad de información, carece de discernimiento: mismo si es bastante fácil encontrar listas que suenen como los síntomas, la gente en general no tiene la información y formación médica para juzgar los otros elementos que entran en el proceso de un diagnóstico médico, como la historia propia y la familiar. Y menos el Dr. Google.
Este fenómeno se ha convertido en algo tan común que los psicólogos han acuñado un término para ello: cibercondria, o cuando las ansiedades aumentan por causa de búsquedas relacionadas a la salud de si mismo o de los cercanos. Es muy importante tener en mente que se puede buscar en Google pero como punto de inicio, y no como última etapa.
En última instancia, saber que Google puede no ser la fuente más fiable para comprobar los síntomas no va a impedir que nadie lo haga. Si la gente tiene algo que le preocupa lo suficiente como para buscarlo en Google, es probable que el médico también quiera saberlo.
No es bueno demorar la atención real de los profesionales médicos que tienen años de entrenamiento intenso para la comodidad de Google. Claro, vivimos en una era tecnológica, y muchos de nosotros nos sentimos mucho más cómodos hablando con Google sobre nuestros síntomas que un humano real. Pero Google no se fijará en su problema ni se preocupará lo suficiente como para trabajar más duro cuando le resulte difícil encontrar respuestas como en vez los doctores hacen.
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